jueves, 29 de noviembre de 2007

Para mis fans

¿pensaron que llegaría a tener este greñero?

lunes, 26 de noviembre de 2007

El Circo


Por Socorro González

Puerto Peñasco, Son. A 17 de noviembre de 2007. ¿Quién no recuerda con nostalgia los espectáculos circenses de la infancia? ¿Quién no sonríe con el recuerdo de las gracias de los payasos, o se estremece con los colores de sus ropas y sus rictus de pueril tristeza, tan cercana a los rostros macabros del más inocente de los muñecos ocultos en las sombras de nuestro cuarto? El circo, tradición de años; la máxima premiación al salir de clases por la tarde, e ir corriendo hacia aquel baldío que de pronto, de un día para otro, se poblaba de una fauna sorprendente; la cual admirábamos extrañados pero felices; con los nervios, el temor y la curiosidad que impone un tigre frente a nosotros, a escasos metros de distancia, tras las barreras de una sucia jaula. El circo se convertía entonces en un espectáculo de olores y texturas; de animales feroces queriendo escapar y de hombres y mujeres sudorosos, con la característica apariencia que da el tener varios días sin bañarse. Había entonces lugar para la euforia, y algunos de nosotros nos dedicábamos a ver con detalle a las bestias, con la emoción contenida y la terrible sensación de querer tocar lo que no se permitía, aquello que al mismo tiempo infundía una gran alegría y representaba un peligro. La lucha de poder entre animales y humanos se establecía y uno, en su inocencia, tenía que tragarse los maltratos de un entrenamiento primitivo y descarado. Pero el circo estaba ahí, con su magia, no había más que ir acompañado de un adulto para traspasar la puerta hacia la fantasía y el encanto surrealista; hacia el juego de emociones extremas que observábamos con vehemencia, boquiabiertos ante aquel temerario domador que introducía, en el más absurdo de los actos, su cabeza en el hocico de un león; o petrificados ante las destrezas de una pareja de aerodinámicos trapecistas. Sensaciones encontradas, eso es lo que más recuerdo de un circo; momentos de excelsa alegría y minutos de inquietante angustia. No es gratuita entonces esa doble significación que del imaginario circense se ha llegado a hacer, sobre todo en lo que al arte corresponde, aquella que habla de una doble moral y una connotación de siniestra perversión tras bambalinas. El circo, para muchos, ha sido una prolífica figura narrativa; alegoría de las más obscuras e insanas pasiones humanas (¿qué puede ser más insano que el jugueteo constante con la muerte?); ocultas tras el maléfico rostro de un payaso o la belleza andrógina de los seres del trapecio. En el circo, las cosas no son lo que parecen ser, hay algo oculto, algo que habla de la maldad de sus habitantes. Como ejemplo, sólo hay que echar un vistazo a ciertos filmes como Santa Sangre, de Alejandro Jodorowski; Freaks, de Tod Browning; El hombre elefante, de David Lynch; o mirar fijamente el Arlequín o alguna otra pintura con estos personajes de Pablo Picasso. El circo es algo maravilloso; con sus nuevas vertientes, con su gran y su bajísimo presupuesto; con su zoológico o sin él; lo importante es que aún está con nosotros, permitiéndonos accesar a nuestros recuerdos de infancia, inclusive con la misma inocencia, aunque nos percatemos de que algunas cosas son exactamente igual.

El circo Barley estuvo en el pueblo, todos los días, escuché al carrito darle promoción. Un buen número de animales estuvo en exhibición: hienas, felinos, simios, ponis, caballos percherones, elefantes, inclusive un Ñu. Una fauna atractiva ante las miradas emocionadas de chicos y grandes. La tradición no se ha perdido, y la gente nos seguimos admirando de tener entre nosotros este tipo de espectáculos que, esperemos, nunca se pierdan; sino al contrario, sigan, con los años, mejorando y deleitándonos con el dulce sabor de la nostalgia.

jueves, 22 de noviembre de 2007

Thanksgiving day 2007

Día de Acción de Gracias

Por Socorro González

Puerto Peñasco, Son. 22/11/07 (N). Cuarto jueves del mes de noviembre, Estados Unidos de América, celebra el Día de Gracias (“Thanksgiving day”). Este año se comerán alrededor de 45 millones de pavos. El día de ayer, el Presidente Bush indultó, como es costumbre, a dos aves de esta naturaleza; pero los animales que restan serán degustados por los más de 300 millones de habitantes de E.U., más los que saborearán las personas que han adquirido esta costumbre en las áreas fronterizas y turísticas de México. El pavo, aquí en Peñasco, en la mayoría de los restaurantes está siendo ofrecido a todos los habitantes en general, comeremos pavo, sin dar las gracias como lo hacen los gringos.
Este festejo nació en el vecino país, alrededor de 1620 después de que arribaron en el barco Mayflower más de cien colonos ingleses (peregrinos) de fuertes convicciones religiosas que cruzaron el Atlántico huyendo de la horca por no estar de acuerdo con la Iglesia Angelicana. Los peregrinos (pilgrims) arribaron al actual Estado de Massachussets, murieron de hambre la mitad de ellos por no saber cómo sobrevivir, es cuando la solidaridad de los indios Wampanoag llega a ellos, les enseñan a sembrar maíz (producto desconocido por los colonos), también los enseñaron a pescar, la caza… y la siembra de otros granos. Al siguiente otoño tuvieron una muy buena cosecha y en agradecimiento los invitan a una fiesta de celebración llamada “The Amrican´s First Thanksgiving”.
Para este día los peregrinos invitaron a los noventa indios y al Gran Jefe que componía la tribu de los Wampanoag, a su vez estos llevaron el pavo. De ahí surge este día tan especial, día que se acostumbra reunirse en la casa del familiar más longevo de la familia, que por lo regular son en casa de los abuelos. Por mucho tiempo se celebró este día el 26 de noviembre (fecha dictada por George Washington después de la independencia de los E.U.) es cuando surge el título de Día de Acción de Gracias; pero, Abraham Lincon (1863) decretó que sería el último jueves de noviembre cuando se relazaría la celebración. Costumbre que hasta hoy se cumple y crece hacia el mundo.
Se reúnen las familias (más que cualquier otro festejo del año, más aun que en Navidad, día que acostumbramos en México juntarnos las familias), se sientan alrededor de la mesa, en la cual no puede faltar en primer lugar el pavo relleno, seguido por granos de elote, calabazas, salsa de arándano… y dan gracias por los beneficios recibidos durante el año y piden bendiciones. Podemos destacar que los adornos son matizados con elementos del campo como calabazas, espantapájaros, maíz.
Por la tradición, contrario a lo se pensaría que debería de suceder: un rencuentro entre dos culturas, es decir, los indios y colonos, no es así; ese acto quedó asentado solo en la historia, ya que por el contrario, los indios de Norteamérica esta fecha señalada la nombran “Native´s American´s National Day of Mourning (Día Nacional de Luto de los Indios Nativos de América). Y recuerdo lo que menciona la leyenda, los peregrinos no hubieran sobrevivido sin la ayuda de los indios.
La fiesta no termina el jueves, al día siguiente se acostumbra que salgan todos los americanos de compras, los almacenes de todos los E.U. ofrecen espectaculares ofertas y los habitantes aprovechan para realizar sus compras navideñas, es por eso, me imagino, que muchos de ustedes o de sus conocidos, este fin de semana se trasladarán a Phoenix de Shopping. Por nuestra parte, seremos testigos del turista familiar, que viene a Dar Gracias en nuestro Puerto, que compra de todo, principalmente: mantequilla, ajo, sal, pimienta, pan, vino y leña. Lleno total en los hoteles, condominios y casas de renta. Los restaurantes abarrotados, les recomiendo ir al “Rosy & donas”, el pavo lo preparan “de chupete”.
Así mismo, en esta área fronteriza y de amplio mar compartiendo cultura con los norteamericanos. ¿Dónde venderán pavo crudo aquí en Peñasco? ¿Tendremos que ir por uno a Lukeville? Buena pregunta.

RECETA (tomada de www.geocities.com):
Pavo del "Thanksgivin day"
Ingredientes para un pavo de 9 Kg.: 1 pavo de 9 kg. aprox. 2 tazas de aceite ( 500 ml), 1 taza brandy o jerez viejo ( para bañar el pavo), 2 tazas de vino para aliño, sal, sal de ajo, pimienta. 1 cebolla mediana, 1 cabeza de ajo. Ingredientes Relleno: 1/2 barra de pan de víspera cortada en cuadritos, 1 cebolla mediana picada, 1 o 2 chorizos cantimpalo cortado en cuadros, Un buen trozo de jamón Serrano 250 gr. aprox. (cortado en cuadros), 1 lata aceitunas (no rellenas) cortadas. 4 huevos duros, 1/2 taza Jerez.
Método: Enjuagar el pavo por dentro y dejarlo escurrir. Sazonarlo por dentro y por fuera. Refregar con el vino con la mano por dentro y por fuera. Repítelo cada poco. Mientras prepara el relleno. Relleno: Se fríe el pan. Cuando se saca, rociar con el jerez. Se fríe la cebolla hasta que esté dorada. Mezclar con el pan. Rehogar un poco el chorizo y jamón y añadir a la mezcla del pan. Picar los huevos en pedazos pequeños y añadir junto con las aceitunas al mezcla de pan. Rellena el pavo y cóselo. Por la parte del cuello también se rellena (para dar buena forma) y se cose cerrándolo con la piel del cuello. Se pone el monstruo en una pavera. Un gobel, creo que se llama aquí. Se rocía con el aceite y se pone a fuego un poco fuerte para ir dorándolo poco a poco. Si puedes le das la vuelta, pero ojo para que no se pegue la pechuga ponle un poco de papel albal. Cuando esté dorado se pone derecho (con la pechuga para arriba) se pica una cebolla mediana y se pone en el aceite. Cuando pase media hora más o menos se pasa por la minipimer el ajo, perejil y un poquito de vino. Lo trituras y le añades el resto del vino. Se le echa esta mezcla por encima del pavo. Si está muy dorado taparlo con papel de aluminio, pero déjalo un poco abierto para que no se cueza. Se va rociando de vez en cuando con el jugo. Déjalo 1/2 hora por cada 1/2 kilo. Yo lo suelo dejar 1/2 hora menos que el total. Cuando este hecho pásalo a una bandeja de servir.... Sugiero que uses guantes de cocina. Pasa la salsa por un colador y cuando este fría quítale un poco de grasa. Consejos: Puedes inyectarle un poco de mantequilla a la pechuga para que quede más jugosa. Lo solemos acompañar con puré de patata, bróculi, maíz y "Cranberry" sauce. Solemos regar con un Champán o cava Rosé o un vino tinto de crianza de Rioja, que no sobre impone al sabor del pavo.

martes, 20 de noviembre de 2007

Juanes: La vida es un ratico


Por Socorro González

Puerto Peñasco, Son. 15 de noviembre de 2007. La vida es un ratico es el título de la nueva entrega del cantautor colombiano Juanes, creador de grandes éxitos musicales como “A Dios le pido”, “Nada valgo sin tu amor” o “La camisa negra”; el guitarrista de Medellín llega, después de tres años de relativa ausencia y de su popular disco Mi sangre, con esta nueva producción, que si bien no representa ninguna novedad vanguardista, si se antoja un disco sabroso, con sus desplantes de un rock suavecito que tan bien le sale, para escucharlo en nuestro coche durante una noche divertida. Juanes, hoy en día es uno de los artistas latinos, del género rock pop, que cuenta con una bien lograda popularidad e inusitado éxito. Sus canciones, algunas veces de temática y preocupaciones sociales (imposible no hacerlo considerando que él viene de un país que siempre ha vivido en el conflicto y la violencia); otras veces, de fuerte contenido amoroso, con una melancolía que reivindica el amor de pareja; se han instalado en el gusto popular de los mexicanos y de algunos continentes. Su despunte musical, aunado a su constante desempeño activista y altruista, han hecho de este joven una de las principales cartas de Latinoamérica ante el mundo. El mismo presidente de su país lo llamó “El mejor embajador de Colombia” hacia el exterior. Ganador de doce Grammys Latinos, Juanes cuenta actualmente con cuatro álbumes como solista: Fíjate bien (2000); Un día normal (2002); Mi sangre (2004) y La vida es un ratico (2005), disco que actualmente se encuentra promocionando y del cual su primer sencillo “Me enamora” se escucha constantemente en la radio de nuestro país. La vida es un ratico, producido por los reconocidos músicos Gustavo Santaolalla y Anibal Kerpel (quienes han trabajado con Café Tacvba, Julieta Venegas, entre otros), si bien no es el mejor disco de Juanes, ni creo que él sea lo que pretenda, si es destacable gracias a que cuenta con un sonido poderoso, donde la mayor parte de sus tracks se inclinan hacia un ritmo acelerado, de excelente e impecable interpretación (la calidez y la cursi ternura de sus acertadas baladas están aquí completamente ausentes), de bases rockeras muy melódicas ---que mucho recuerdan al rock ibérico de Nacha Pop o La Unión---. En cuanto a letras, la poesía de Juanes no explora nada nuevo; sus mismos versos de contenido social, sus reflexiones de esperanza y fe y la exaltación de otros valores; así como el planteamiento del amor como única respuesta a las diversas problemáticas de la vida. Algunos temas destacables son “No creo en el jamás”, “La vida es un ratico”, “Minas piedras” (a dueto con Andrés Calamaro, ex Los Rodríguez) y “Bandera de manos”.

Ficha: La vida es un ratico//Letra música y guitarras: Juanes//Producción: Gustavo Santaolalla, Juanes y Anibal Kerpel//Año: 2007//Casa disquera: Universal.

domingo 4 de noviembre, 11:49 AM

MONTEVIDEO (AFP) - 'La voz de mi silencio', de El Barrio, lidera la lista de ventas de discos en España, seguido del nuevo trabajo de Juanes, 'La vida es un ratico', que volvió a poner al colombiano en lo alto en América Latina y en EEUU, donde se colocó primero en el 'Top latino' de la revista Billboard.

A continuación, los discos más vendidos en España, Francia, América Latina y Estados Unidos:
ESPAÑA:
1 - 'La voz de mi silencio', de El Barrio
2 - 'La vida es un ratico', de Juanes
3 - 'Pavarotti Forever', de Luciano Pavarotti
4 - 'Cuestión de gustos', de Pignoise
5 - 'Magic', de Bruce Springsteen
(Fuente: Productores Musicales de España)
FRANCIA
1 - 'Yael Naim', de Yael Naim
2 - 'Best of Bénabar', de Bénabar
3 - 'La Radiolina', de Manu Chao
4 - 'Les duos de Marc', de Marc Lavoine
5 - 'Pictures', de Katie Melua
(Fnac.com)
ARGENTINA
1 - 'Laberinto entre aristas y dialectos', de Catupecu Machu
2 - 'Me verás volver', de Soda Stereo
3 - 'La vida es un ratico', de Juanes
4 - 'All the lost souls', de James Blunt
5 - 'Lo mejor de Vivere', de Andrea Bocelli
(Fuente: Capif)
CHILE
1 - 'High School Musical V.2', de Varios
2 - 'Me verás volver', de Soda Stereo
3 - 'La vida es un ratico', de Juanes
4 - 'El sueño se hizo realidad', de Amango
5 - 'Quien dijo ayer', de Ricardo Arjona
(Fuente: Feria del Disco).
MÉXICO
1 - 'La vida es un ratico', de Juanes
2 - 'Si no (DLX)', de Café Tacuba
3 - 'Te quiero', de Nigga
4 - 'Memorias del corazón', de Edith Márquez
5 - 'Fantasía pop', de Belanova
(Fuente: Cadena Mixup)
ESTADOS UNIDOS
1 - 'Carnival ride', de Carrie Underwood
2 - 'Raising sand', de Robert Plant y Alison Krauss
3 - 'Living hard', de Gary Allan
4 - 'Elect the dead', de Serj Tankian
5 - 'Noel', de Josh Groban
(Fuente: Billboard)

martes, 13 de noviembre de 2007

Camino a Guantánamo



Se publicó en la Sección dominical Perfiles (Periódico http://www.elimparcial.com/ ),

el domingo, 11 de noviembre de 2007


Primera Toma presenta:


Camino a Guántanamo
Por Socorro González

En el año 2006 se dio a conocer la película The road to Guantánamo, de Michael Winterbottom y Mat Whitecross, ambos cineastas de origen británico. La cinta -que se llevó el reconocimiento al mejor director en el festival de Berlín ese mismo año- más que polémica, es mesuradamente atrevida; sin embargo, no se puede luchar con una mercadotecnia que, muchas veces, crea falsas expectativas y prejuicios que al visualizar la obra nos causan una especie de choque e insatisfacción que molesta mucho. Algo así me sucedió con este filme, el cual me agrado bastante, pero he de confesarlo, mi mente morbosa esperaba un poco más de violencia e injusticias que, de haber estado en éste, sí hubiera sido polémica y escandalosa, pero también habría rayado en el exceso y empobrecido un texto que se antoja tan humano y denunciante; pero al mismo tiempo tan entretenido como una buena película de aventuras. Esta es la historia de cuatro amigos británicos, de origen pakistaní, que viajaron a su tierra de origen a la boda de uno de ellos; ninguno sabía que tardarían dos años y medio en regresar a su casa; totalmente distintos, un mucho más viejos y con las arrugas que deja el dolor, el miedo y el sufrimiento en el rostro. Basada en hechos reales, sobre la captura en Konduz, Afganistán, de varios hombres supuestamente vinculados con el Ejército Talibán; el relato está construido desde una perspectiva aparentemente documental, de gran fluidez narrativa apoyada por las intervenciones, directamente a cámara, de sus protagonistas, describiendo irónicamente el infierno vivido en ese país abatido por el ejercito estadounidense; quienes finalmente los toman prisioneros. Con su estilo tan característico (muy en deuda con el más puro Jean-Luc Godard de la nouvelle vague, sólo que ahora con una nerviosa cámara de video digital al hombro; un montaje de marcada esencia poética, que respeta el silencio y “arremete” contra la contemplación, estabilidad y belleza de las tomas largas sobre bases fijas), Winterbottom inicia aquí la exploración punzante de algunos delirios de la guerra; más bien, del ataque sin tregua de un país hacia otro, todo esto visto únicamente desde la desconcertante perspectiva de sus cuatro jóvenes protagonistas, Shafiq, Asif, Ruhel y el prontamente desaparecido Monir; así como por el recurso de ciertas tomas de archivo verdaderamente documentales. Es aquí donde el peor de los terrorismos comienza. En su trayecto a la base militar norteamericana de Guantánamo, en Cuba, todo aquel numeroso grupo de hombres capturado por La Alianza del Norte será sometido a constantes vejaciones, a humillantes y repetitivos interrogatorios –que, viéndolos bien, se antojan más a “loock at me asshole! This it’s your new history and we just wrote it now!- que tienen como finalidad localizar el paradero del líder afgano Osama Bin-Laden. Pese a lo que al inicio del filme esperaba, un arrebato de violencia explícita (posible, considerando a uno de sus directores), un alegato compasivo en contra de la guerra; un descarado escupitajo al presidente Bush y su enferma administración… el desarrollo del relato descansa sobre una acertada y fría objetividad por parte de sus realizadores; quienes han sabido interponerse a todo arranque de ira contra un hombre, un gobierno y un país que se han creído los redentores de esta humanidad. Aquí sí que la posible comunión con la historia dependerá de los grados de sentimentalismo de los espectadores; ya que los distintos niveles de ironía del discurso fílmico constantemente estarán equilibrando la tragedia de los personajes. Winterbottom no permitirá jamás un desplante de sentimentalismo -de alcances melodramáticos muy a lo Babel (González Iñárritu, México-E.U., 2006)- y compasión por las víctimas, sino sólo se dedicará a mostrar lo desafortunado de su viaje tormentoso; tampoco caerá en la violencia explícita a base de golpizas; sino su interés real parece ser aquel que pretende descifrar lo que sería un verdadero terrorismo, que se origina en las palabras, tan o más hirientes que una paliza en esa especie de jaula para perros que funciona como celda; practicado evidentemente, por los malos de la película, el ejercito invasor y captor. Por último, resta decir que The road to Guantánamo es una más de las reacciones (que cineastas como Kubrick, Stone, De Palma, Moore y más recientemente Eastwood han tenido también), desesperadas o no, a una realidad por demás injusta; generada por la ceguera de un sinnúmero de gentes que ha decidido mantener en el poder a una de las mentes más enfermas de la historia humana. Una reacción que en ningún momento pretende ofrecer una solución, ni un aliento de esperanza; sino que, al contrario, te deja con una sensación de incomodidad e impotencia, y uno piensa que la única solución nunca llegará.

The road to Guantánamo (Reino Unido, 2006)//Dirección: Mat Whitecross y Michael Winterbottom//Música original: Harry Escott y Molly Nyman//Actores: Riz Ahmed, Farhad Harun, Wagar Siddiqui, Afran Suman

*Socorro González es Coordinador del Cine Club Primera Toma A.C. desde 1996. primeratoma@hotmail.com

Rocky Point Rally




martes, 6 de noviembre de 2007

Payaso sin fe

Payaso sin fe (Serie 2003. Tinta/papel)

domingo, 4 de noviembre de 2007

Halloween, una noche para recordar



Primera Toma presenta:

Halloween, una noche para recordar


Por Socorro González
primeratoma@hotmail.com

Se acerca Halloween y con ello sus respectivas noches de dulces y celebración; fiestas de disfraces y reuniones estrafalarias. Mientras los grupos de niños corren de casa en casa solicitando golosinas a las familias, en algunos lugares recónditos del mundo, las brujas y brujos se congregan en lo que a ellos les corresponde, en celebración macabra de su momento. Hace veintinueve años, en una noche como esa, se estrenaría una de las piezas cinematográficas más relevantes en el género del horror: Halloween, de Jonh Carpenter, exactamente en el año de 1978. Su joven realizador, apenas en su tercer largometraje –dos años atrás ya había también estremecido con su inquietante Asalto en la crujía 13- automáticamente se convertiría en uno de los directores de culto del género y crearía a uno de los asesinos seriales más siniestros y terroríficos, el perturbador Michael Myers (Tony Moran, en su original). Con esto, Carpenter desataría una suerte de boom en sus contemporáneos realizadores, quienes motivados por las ideas más enfermizas iniciarían una serie de cintas de asesinos en serie, movidos por una mórbida locura o por fuerzas sobrenaturales, sedientos de la sangre de grupos de teenagers, algunos virginales; otros muy “calenturientos”, perdidos en sus casas o de excursión en algún bosque de cierta ciudad o pueblo de E. U. Así nacerían personajes como Jason Voorhees (Viernes 13, 1980, Sean S. Cunningham) o Freddy Krueger (Pesadilla en la calle del infierno, 1984, Wes Craven) herederos del sadismo, al igual que Myers, de Leatherface, aquel enfermo mental que con motosierra en mano, realizó una delirante carnicería en la terrorífica Masacre en Texas (1974), de Tobe Hooper. Regresando a Halloween, diré que esta obra es, a mi parecer, la mejor de todas, gracias a que Carpenter optó por un discurso pausado y sugerente, tan obscuro como la noche en que todo sucedía. Como buen manipulador, Carpenter nos dio una lección –que perfectamente entendió Alejandro Amenábar con su magnífica Los otros (E.U., 2001)- sobre este tipo de cine, que es, básicamente, atmósfera, ambiente. Su criatura siempre aguardaba en las sombras, al acecho de su próxima víctima. La cámara subjetiva de Dean Cundey (cine fotógrafo que trabajaría en otras ocasiones con este director) se asume como un personaje más que nos mantiene siempre a la expectativa, funcionando en determinados momentos como los ojos del victimario; escondido, “agazapado”, como es sabido que se encuentra siempre el mal, cuidándonos por detrás de los rincones, de las puertas, de los objetos. La sencilla y perturbadora secuencia de créditos, donde veíamos a la tradicional pumpkinhead sonriendo maléficamente, acercándose del fondo hacia nosotros (a ritmo del tétrico y agudo sintetizador de fondo), para dar paso a la siguiente secuencia, aquella donde apreciábamos la acción a través de los ojos, ocultos tras la máscara de Myers, un niño de seis años, recorriendo una calle donde distintos infantes cruzaban el encuadre corriendo hacia las casas en busca de dulces. La presencia se adentraba en su propio hogar, tomaba el arma que lo acompañará siempre (un brillante cuchillo “cebollero”) y acudía presurosa a darle fin a la joven doncella que se esforzaba en la víspera de perder dicha condición con su novio en un sofá. Así empieza Halloween, entre movimientos y saltos de cámara, intencionalmente imperfectos como recurso angustiante. La lente, casi a lo largo de todo el relato, se mantendrá desplazándose vertiginosamente del la obscuridad total a sólo unos tenues rayos de luz (en un escalofriante expresionismo) que apenas nos permitirán localizar a la víctima en sus últimos momentos. Dies y siete años después, “es la noche que Él ha venido a casa” y el infierno de Laurie Strode (una jovencita Jaimie Lee Curtis) lo tendrá en su propio hogar, que se convertirá en un laberinto de terror al recibir la visita del asesino de rostro blanco e inexpresivo, que ha regresado a consumar su misógina venganza.
Halloween tuvo algunas secuelas después, y pese a que algunas fueron escritas por el propio John Carpenter y Debra Hill; la esencia angustiante y claustrofóbica de la original se fue perdiendo, y las historias se fueron convirtiendo en escenas de sexo, en aquel tiempo, medio explícito y sangrientas masacres de jovencitos. Myers regresó una y otra vez con su misma personalidad, por la sangre de nuevas generaciones, hasta culminar en H20, veinte años después, (Steve Miner, 1998), y más recientemente en su remake-homenaje-parodia del mismo nombre, a cargo del cantante y ahora director de cine splatter Rob Zombie.

Halloween (E.U., 1978)//Director: John Carpenter//Guión: John Carpenter y Debra Hill//Fotografía: Dean Cundey//Música original: John Carpenter//Actores: Donald Pleasense, Jaimie Lee Curtis, Tony Moran.

jueves, 1 de noviembre de 2007

La Santa Muerte, de Paco del Toro

Publicación del Texto el 31 de octubre de 2007, en la Sección de Cultura del periódico El Imparcial

Primera Toma presenta:



Por Socorro González


Se acerca el día de muertos, y con ello las congregaciones de familias, como si de una fiesta se tratara, en todos los cementerios. Las flores, los dulces, las frutas, el licor y alguno que otro detalle para los que ya no están físicamente con nosotros; en una tradición de muchísimos años en nuestro país. Largas filas de coches en los panteones; gente caminando en procesión parlanchina rumbo a las tumbas de aquellos seres queridos que se adelantaron a los demás, por distintas circunstancias de la vida, gente avanzando hacia el recuerdo y la nostalgia simbolizada en una tumba que muchas veces nos deja boquiabiertos por su soberbia belleza ---algunas son una verdaderas obras de arte— y con otras tantas nos invade el silencio de la simple tierra como última morada. Por otro lado están los tradicionales altares de muertos; la oportunidad individual y colectiva de establecer una comunicación simbólica con el más allá, donde habita aquel ser al que se añora. En el fondo, el altar puede apreciarse como una muestra de respeto hacia la muerte, que ha arrancado de nuestro lado a alguien; la sensación final de todo esto es una especie de satisfacción y conformismo de que las cosas están bien, que fue lo mejor, que la vida así lo quiso. En realidad no hay cabida a la inconformidad, puesto que tal sentimiento no va a regresarnos a nadie. La muerte no devuelve a nadie; su idea así es y así será siempre. Es aquí donde surgen las reflexiones en torno a este acto final, a este hecho definitivo, y la gente se pregunta siempre “¿por qué?” ¿Qué es la muerte? ¿Un hecho, un instante? ¿Un ente divino? ¿Un ente maligno y siniestro? Y su representación más recurrente como un esqueleto vestido de negro con una guadaña resulta tan macabro como un jardín de rosas amarillas. Dentro de un sinnúmero de reflexiones existenciales, filosóficas, cotidianas, las que corresponden al arte son las más ricas y variadas; la muerte se constituye como uno de los temas universales que refiriera el escritor argentino Jorge Luis Borges al lado de la vida y el amor. Los seres humanos siempre estamos dándole vuelta a lo mismo, lo interesante y valioso viene a ser entonces el cómo damos esa vuelta; en cuántas vueltas la convirtamos, en qué duración y tratamiento le demos a estos tres elementos que nos definen a todos los hombres y mujeres. El cine, por su parte, ha dado muchas, pero muchísimas obras donde la muerte es vista como un elemento fundamental. A través de los géneros, el cine ha hecho con esta idea lo que le ha dado la gana. Pero atendiendo directamente esta temática del día de muertos me viene a la mente Macario (México, 1960), aquella película de Roberto Gavaldón, protagonizada por Ignacio López Tarso. Macario era el personaje que recurría desesperado a Dios, al Diablo, y a la Muerte, buscado una solución para su hija más pequeña que se encontraba gravemente enferma. Tal protagonista en dicha búsqueda debía de librar ciertas pruebas impuestas por estos tres personajes a cambio de la sanación de su hija. Finalmente, debía de entregar su vida a la Muerte, interpretada por Enrique Lucero, en aquel final de cierto aire poético (fotografiado por el siempre perfecto Gabriel Figueroa) donde el protagonista llegaba a una especie de cueva plagada de velas encendidas como metáfora de la vida de cada uno de los seres de este mundo --- escena que “baquetonamente” Juan Gabriel se plagiaría para su video clip de Querida a principios de los 80’s---. Calacán (México, 1985), sería otra cinta donde aun se evidenciaba más ---de hecho la película trata sobre la lucha entre el bien y el mal, representados por las tradiciones mexicanas y las nuevas ideologías extranjeras en este día de celebración---. De factura independiente, este experimental y raro filme, dirigido por Luis Kelly y fotografiado por Fernando Fuentes, se puede apreciar como la viñeta de un pueblo en vísperas de tal celebración; como un desplegado de todo el imaginario folklórico con el que los mexicanos rendimos tributo a la Muerte a través de los familiares ya idos.
Muy cercana a esta fecha nos llegó La Santa Muerte (México, 2007), de Paco del Toro, que si bien no tiene nada que ver con tales festividades novembrinas, sí recuerda un poco a estas dos cintas de antaño, sobre todo a Macario y al episodio de Fe (Alberto Bojórquez) -otra reflexión sobre el dolor y la muerte muy a la mexicana- perteneciente a la excelente trilogía Fe, Esperanza y Caridad (México, 1974), en su anécdota y motivos. Pese a no ser una cinta muy afortunada en cuestiones cinematográficas, La Santa Muerte tiene ciertos aspectos interesantes de qué hablar y uno de ellos viene a ser lo que al principio del metraje se aprecia como una reflexión crítica en torno al fanatismo religioso tan propio de los mexicanos. Esa necesidad de tener a alguien o algo en quién confiar ciegamente para la solución de los problemas más pesados. Esta es la historia de tres momentos en la vida de ocho personajes desconocidos entre sí, vinculados por su fe ciega en este protagonista siniestro y milagroso, pero vengativo si desobedeces sus condiciones de ayuda. La Santa Muerte o La Niña Blanca (personaje extraído, según fuentes populares, del imaginario perteneciente al crimen y al narco; más directamente venerada por la comunidad o grupo de los Mabari, en Sinaloa), es para estos personajes angustiados el sustituto de un Dios que a veces no escucha pese a las numerosas invocaciones y plegarias; por tal razón este ente se constituye como su enemigo directo ya que trabaja directamente del lado del Maligno, del Demonio. Ignorando las consecuencias trágicas, dichos personajes acudirán a ella en su desesperación por distintos motivos, principalmente de salud y desamor. Planteado esto, del Toro desarrollará un relato que desafortunadamente se debate entre el thriller y el melodrama sentimentaloide y telenovelero, pretendiendo por momentos coquetear con el género del horror, fallando el intento debido a una saturación musical que obvia los posibles momentos de tensión; donde se antojaba una atmósfera macabra y angustiante, todo se reduce a primeros planos de la calaca en su altar con sintetizador in cressendo de fondo, que no genera una sensación que no sea la de reírte al ver lo milagrosa, rápida e inverosímil que es para arreglar las situaciones. Del Toro ---a quien no le interesa mucho profundizar en el origen e historia de “La Niña Blanca”--- de buenas a primeras convierte su relato en un solo momento de histeria y llantos, hasta concluir en la convicción de que la “muertita” no es la solución; sino la única respuesta es Dios, que todo lo sabe y quien estratégicamente va colocando pruebas de fe a los humanos. La cinta resuelve casi a la mitad la historia de Gustavo (Julio Casado), el looser enamorado, quien muere estúpidamente al tratar de consumar su venganza sin su amuleto. La historia de la comadre “buscona” Raquel (Amaranta Ruiz), que le “pone” con su compadre Mauricio (Ramiro Huerta), es a la que menos tiempo se le dedica en el filme y a fin de cuentas es la que mejor resolución tiene, en el que quizá sea el único detalle de ironía en todo el filme: los compadres agasajándose lujuriosamente frente al hijo de ella. Queda así la trama que da inicio al filme, la de Rubí (Karla Álvarez) y Pablo (Harry Geithner), de la cual esperaba la mejor tragedia; se redime gracias a la recuperación de la fe en Dios, quien como cansado de su juego, se compadece de los personajes y les alivia a la hijita infestada de cáncer, en un milagro tan inverosímil de lo milagroso que es.

La Santa Muerte (México, 2007). Director, Productor: Paco del Toro//Guión: Verónica Maldonado y Paco del Toro//Fotografía: Alberto Lee//Edición: Juan Luis Maldonado//Música Original: Omar Guzmán//Actores principales: Karla Álvarez, Harry Geithner, Julio Casado, Ramiro Huerta, Amaranta Ruiz//

*Socorro González es Coordinador del Cine Club Primera Toma A.C. desde 1996. primeratoma@hotmail.com