domingo, 6 de enero de 2008

SiNo de Café Tacvba


SiNo de Café Tacvba

Por Socorro González B.
socorro1977@gmail.com

Por ahí escuché una pieza de siete minutos con cuarenta y cinco segundos de duración, tan pegajosa como elaborada, con todo lo que necesita un buen single (“un poco larga”, dirán algunos) para tener éxito. La verdad es que esos siete minutos se van rápido al escuchar Volver a comenzar, el primer sencillo de SiNo (’07), el nuevo álbum de Café Tacvba (sí, el mismo que estrenaron en Hermosillo en el mes de noviembre); una fina y reluciente pieza más para el valioso joyero de este cuarteto de ciudad satélite. “Y nuestra casa se quedó allá atrás…” reza el estribillo del nostálgico tema Vámonos; así, atrás, quedó aquel grupo de desmadrozos chavos que lograron ese disco tan rudimentario pero genial que se tituló sencillamente Café Tacvba (´92), y que incluía piezas inolvidables como la estridente Rarotonga, o la delirante Las persianas. SiNo se acerca más a Reves/Yo soy, aquel concepto existencial de 1999, sin duda el trabajo de mayor complejidad lírica y musical que ha creado la banda en sus casi dos décadas de carrera. ¿Recuerdan el tema Hoy es de Cuatro caminos (´03)? un fuerte track que se regodea en su armoniosa densidad y la estridencia vocal de Albarrán (o cómo se llame en este disco), pues algo así es SiNo, sonidero galáctico con destellos de existencialidad; sólo que aquí más “terrenal”, más de problemas específicos e inmediatos en el vivir diario (lo existencial en Revés es como más elevado, efímero e inalcanzable; el eterno cuestionamiento del hombre y su relación con la naturaleza y el espacio sideral). Reflexión sobre el pasado que como sombra nos persigue, y el constante anhelo de cambiar las cosas para bien. Con cada disco, los tacvbos han ido en un constante progreso; sin exagerar, su maduración ha sido sorprendente y su éxito ha trascendido las fronteras de nuestro país, convirtiéndolos en una (a mi gusto la mejor, por encima de legendarios como El Tri) carta de presentación en la escena del rock internacional. Café Tacvba es el único sobreviviente de una extensa lista de grupos surgidos a finales de los ochenta y que a lo largo de la década de los noventa fueron desapareciendo como por arte de magia, en una escena musical mexicana cada vez más dominada por el pop y los ritmos populares (que está demás mencionarlos). Con su excentricidad inicial y variedad de ritmos musicales (donde sus temas parecían hijos bastardos de Los Folkloristas, mancillados por el sonido híper-pop que brinda una caja de ritmos) los tacvbos fueron ascendiendo como viles “gandallas” provistos de una gran genialidad. Demostraron tener la capacidad de fusión con su segundo álbum Re (’94); sorprendieron con su lúdica y respetuosa ironía al “fusilar” con Avalancha de éxitos (’96, disco que puso de moda los tributos); nos dejaron pasmados y alucinados con Reves/Yo soy; compartieron su añoranza y admiración por la desaparecida banda chilena Los Tres con Vale Callampa (´02); y experimentaron, quizá un poco fuera de tiempo, el alternativo con su impecable y poderoso Cuatro caminos (´03). Ahora, los tacvbos nos traen SiNo, un excelente álbum de quince tracks, de arreglos tan finos y elaborados que acercan esta pieza al progresivo (y es que no pude evitar pensar en The Who y Alan’s Parson Project al escucharlo), coqueteando con el sonido disco setentero y el tecno más entrañable de los ochentas (con sabor al Depeche Mode de la primer etapa, New Order y Pet Shop Boys, sobre todo en esas mezclas de electroacústicas con sintetizadores predominando a lo largo de los temas), sin perder esa autenticidad que el grupo ha mantenido desde sus inicios y en la que radica su vigencia. A nivel interpretativo, en SiNo Ramón Albarrán comparte su particularidad vocal con Emmanuel Del Real y Joselo Rangel, melódicas y suaves voces que siempre han estado ahí, como coros en cada una de las producciones de la banda satelital, que acá destacan en algunos solos que brindan un distintivo muy peculiar a la realización. La lírica es limpia y sencilla; es más un relato de lo interior e individual, de interacción subjetiva con el pasado y el porvenir (como lo había mencionado anteriormente, la poesía de SiNo se acerca a la expresada en Revés, sólo que esta vez la composición musical la aparta de esa sensación pesimista que subyace en los temas de aquel disco). Por último, algunas de las canciones más destacables son el sencillo Volver a comenzar (les recomiendo el video, nada del otro mundo pero sí divertido, la misma línea de contar historias con humor tan característicos de los tacvbos, con un poco de interpretación hacia el final); El outsider, una “rola” que se antoja para segundo sencillo, la voz nasal de Albarrán en todo su esplendor en una manifestación de nihilismo bastante pegajosa; 53100, sensacional rock galáctico y estrepitoso; la popera Vámonos, o la irónica Gracias, un detallito crítico a nuestra realidad nacional y un desplantoso cierre de este excelente álbum.

*Socorro González B. es escritor y Coordinador del Cine Club Primera Toma A.C., desde 1996.

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