jueves, 11 de septiembre de 2008

El Perfume: historia de un asesino, de Tom Tykwer


Primera Toma presenta:
Notas sobre El perfume: historia de un asesino, de Tom Tykwer
Por Socorro González

Hace aproximadamente dos meses llegó a los videoclubes el filme Perfume, historia de un asesino (G.B., Fr., E.U., 2006) del cineasta alemán Tom Tykwer. Confieso que la esperaba con ansias, como lo he hecho con cada una de sus películas, que siempre vienen a ser una singular y fresca experiencia. Cada filme de Tykwer representa un despliegue de virtuosismo y una inventiva garantizada; aunado a esto, su genial destreza narrativa, que lo revela como un indudable autor, nos llevará a lo largo de historias que siempre se mueven en los límites de lo absurdo y lo fantástico; de lo extraordinario en los momentos más obscuros de la vida de ciertos personajes, generalmente seres marginales, aislados y solos, que deambulan cercanos a la muerte, cuya casi nula existencia se verá trastocada repentinamente por el amor y la felicidad –que cursi, dirán-; sentimientos por demás difíciles de alcanzar; y es aquí donde Tykwer, con osada maestría, entreteje su discurso y comienza la función. Basada en la novela homónima de Patrick Süskind y asumiendo los riesgos que toda adaptación literaria conlleva, El Perfume de Tykwer narra la historia de Jean-Baptiste Grenouille (Ben Wishaw), el joven aprendiz de perfumero que se convierte en asesino de jóvenes doncellas, en su búsqueda desesperada de la más perfecta esencia, poseedora de las gracias y encantos hechiceros que pongan a la humanidad a su merced. Poco a poco, este necio nigromante irá apoderándose de los más recónditos olores femeninos, mediante elaborados e inquietantes procesos de extracción. Con esta anécdota, Tykwer construirá un relato de exquisita esencia poética, de encantadora elaboración visual sólo comparada con el Barry Lyndon (G.B., 1975) de Stanley Kubrick. Su personaje sigue siendo aquel tan familiar para el cineasta, el ser que asoma su rostro desde la obscuridad; ente marginado de dudosa existencia; sobreviviente inadaptado social de mente un tanto retorcida que acude al fuerte llamado de sus sentidos, librando los obstáculos que se le presenten, perdido en la ceguera de su obsesión, tan insana pero necesaria, que finalmente saldrá redimido pese a la adversidad. Jean-Baptiste no es muy distinto de María, aquella entrañable mujer (interpretada magistralmente por Nina Petri), perdida en la infernal negrura de su casa; relegada a condición de objeto por su marido y padre; agobiada por sueños incestuosos y la culpa por la muerte de la madre; dela que hasta hoy viene siendo la obra maestra de Tykwer, María Mortal (Alemania, 1993). Ni tampoco es diferente a Sissi (aquella hierática y pálida Franka Potente), quien se encuentra a escasos segundos de la locura, inmersa en esa clínica mental donde ha tenido que aprender a masturbara los idiotas; o a Bodo (Benno Fürman), quien llora y se conmueve ante las tristezas y angustias ajenas (La princesa y el guerrero, 2000). Ni a la pareja de fugitivos, Phillipa y Fillipo (Cate Blanchet y Giovanni Ribissi, respectivamente) de En el cielo (Heaven, 2002), quien han encontrado la paz en la infinita lejanía del firmamento. La condición de fábula del filme, también es una constante en el realizador, quien presenta una especial fijación por el detalle fantástico como vehículo de liberación de sus personajes. Sólo mediante la transgresión de la realidad a través de lo fantástico, sus criaturas lograrán existir y consumar sus más recónditos deseos; así, la vida misma de Grenouille se construirá como un cuento maravilloso (sólo basta ver la genial escena del bebé en el orfanato) donde los acontecimientos se perderán ellas fronteras de la fantasía y el milagro (tan absurdo y surreal como la tierna orgía del pueblo de Greesse hacia el final de la película). Esta constante del autor es, quizá, una de las principales características que definen sus textos fílmicos.

Director: Tom Tykwer
País: Francia, Gran Bretaña, E.U.
Guión: Andrew Birkin, BernEichinger. Basada en la novela homónima de Patrik Süskind
Reparto: Ben Whishaw, Dustin Hoffman, Alan Rickman

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