(Proyección PPE # 7)
El Cine Club Primera Toma, A.C., presenta en su Ciclo de Estreno, en El kiosco del Arte de La Plaza del Camarón (enfrente del Ayuntamiento de Puerto Peñasco), Blvd. Benito Juárez y Blvd. Fremont, Colonia Centro. Este martes, 27 de noviembre de 2008, en punto de las 8:30 p.m., la película:
El Cine Club Primera Toma, A.C., presenta en su Ciclo de Estreno, en El kiosco del Arte de La Plaza del Camarón (enfrente del Ayuntamiento de Puerto Peñasco), Blvd. Benito Juárez y Blvd. Fremont, Colonia Centro. Este martes, 27 de noviembre de 2008, en punto de las 8:30 p.m., la película:
La escafandra y la mariposa (Julian Schnabel, Francia/E.U., 2007)
Julian Schnabel, el biógrafo redentor
Por Socorro González
La escafandra y la mariposa (Le scaphandre et le papillon, Francia/E.U., 2007) es el último filme, estrenado en nuestro país, del neoyorkino Julian Schnabel. Pintor de profesión, Sachnabel ingresó de lleno al cine con su obra Basquiat, cinta donde exploraba un poco la vida del fallecido
pintor de color y el Nueva York underground, el de Andy Warhol y The velvet undrground. Con cuatro largometrajes en su haber (actualmente trae por ahí el último, llamado Berlín), este reconocido artista se caracteriza por rescatar o acudir a personalidades del arte como fuentes inspiradoras. En sus biografías siempre es posible encontrar el sello de la melancolía y sentirse al final de cuentas, conmovido por un dejo de sensiblería redentora. A Schnabel le gusta trabajar con personajes un tanto marginados por la vida y sus avatares, como la aceptación social (y la individual) o los conflictos políticos, tal fue el caso de su “polémico” filme Antes que anochezca (Before nigth falls, en su original), que en la mayor parte de los espectadores llamó la atención por tres cosas, básicamente: porque relataba la rebelde y conflictiva vida del escritor Reynaldo Arenas (interpretado convincentemente por el español Javier Bárdem), que fue cubano (y que es innombrable en Cuba, debido a su condición de gran traidor a la Revolución), homosexual y murió de sida en la segunda mitad de los años ochentas, exiliado, para variar, en Estados Unidos (donde se contagió). Pero más allá de todos estos detalles que despertaron el morbo, la historia fue un conmovedor y entretenido relato, bellamente fotografiado, sobre un hombre en su eterna e incansable búsqueda de la libertad, expresiva, individual, humana; un artista que buscaba transgredir aquella difícil realidad que le había tocado vivir sin importar la factura a pagar; un largo episodio, irónicamente pesimista hacia el final, cuando vemos a un Reynaldo estragado por la enfermedad que le arrebató la vida justo cuando creyó llegar al país que le devolvería la libertad como individuo (si lo pensamos, en cierta manera sí le hecho la mano).En La escafandra y la mariposa Schnabel vuelve a la biografía, sólo que aquí su relato se ha tornado más difícil en su narrativa; en su búsqueda por adentrarse en la mente del protagonista, Jean-Dominique Bauby (quien fuera redactor de la famosa revista de moda francesa Elle y autor de la fuente literaria del filme), que en 1995 sufrió un fulminante ataque que lo dejó postrado para siempre en una silla de ruedas, sin tener otra comunicación con el mundo que no fuera el parpadeo de su ojo izquierdo. Así da inicio este viaje hacia la mente de un hombre postrado e inmóvil; todo lo vemos desde su muy particular punto de vista, distorsionada realidad tan dolorosa como la costura en los párpados. Jean Do ha despertado a una nueva vida, poblada por la nostalgia, por el recuerdo de lo que fue su tiempo en repentinos inserts o flashbacks de la vida familiar, amorosa y profesional; el hombre de éxito repentinamente se redujo a un ojo, que como mariposa se mueve rápido en su parpadeo, inquieto y trémulo (ingenioso trabajo de fotográfo Janusz Kamiski (responsable de filmes como Kieslowski y Spielberg…); con destreza y romanticismo, Schnabel ha construido un sensible filme de tintes poéticos; una bella crónica de los recuerdos como vida misma… No diré más, disfrútenla.
La escafandra y la mariposa (Le scaphandre et le papillon, Francia/E.U., 2007) es el último filme, estrenado en nuestro país, del neoyorkino Julian Schnabel. Pintor de profesión, Sachnabel ingresó de lleno al cine con su obra Basquiat, cinta donde exploraba un poco la vida del fallecido
pintor de color y el Nueva York underground, el de Andy Warhol y The velvet undrground. Con cuatro largometrajes en su haber (actualmente trae por ahí el último, llamado Berlín), este reconocido artista se caracteriza por rescatar o acudir a personalidades del arte como fuentes inspiradoras. En sus biografías siempre es posible encontrar el sello de la melancolía y sentirse al final de cuentas, conmovido por un dejo de sensiblería redentora. A Schnabel le gusta trabajar con personajes un tanto marginados por la vida y sus avatares, como la aceptación social (y la individual) o los conflictos políticos, tal fue el caso de su “polémico” filme Antes que anochezca (Before nigth falls, en su original), que en la mayor parte de los espectadores llamó la atención por tres cosas, básicamente: porque relataba la rebelde y conflictiva vida del escritor Reynaldo Arenas (interpretado convincentemente por el español Javier Bárdem), que fue cubano (y que es innombrable en Cuba, debido a su condición de gran traidor a la Revolución), homosexual y murió de sida en la segunda mitad de los años ochentas, exiliado, para variar, en Estados Unidos (donde se contagió). Pero más allá de todos estos detalles que despertaron el morbo, la historia fue un conmovedor y entretenido relato, bellamente fotografiado, sobre un hombre en su eterna e incansable búsqueda de la libertad, expresiva, individual, humana; un artista que buscaba transgredir aquella difícil realidad que le había tocado vivir sin importar la factura a pagar; un largo episodio, irónicamente pesimista hacia el final, cuando vemos a un Reynaldo estragado por la enfermedad que le arrebató la vida justo cuando creyó llegar al país que le devolvería la libertad como individuo (si lo pensamos, en cierta manera sí le hecho la mano).En La escafandra y la mariposa Schnabel vuelve a la biografía, sólo que aquí su relato se ha tornado más difícil en su narrativa; en su búsqueda por adentrarse en la mente del protagonista, Jean-Dominique Bauby (quien fuera redactor de la famosa revista de moda francesa Elle y autor de la fuente literaria del filme), que en 1995 sufrió un fulminante ataque que lo dejó postrado para siempre en una silla de ruedas, sin tener otra comunicación con el mundo que no fuera el parpadeo de su ojo izquierdo. Así da inicio este viaje hacia la mente de un hombre postrado e inmóvil; todo lo vemos desde su muy particular punto de vista, distorsionada realidad tan dolorosa como la costura en los párpados. Jean Do ha despertado a una nueva vida, poblada por la nostalgia, por el recuerdo de lo que fue su tiempo en repentinos inserts o flashbacks de la vida familiar, amorosa y profesional; el hombre de éxito repentinamente se redujo a un ojo, que como mariposa se mueve rápido en su parpadeo, inquieto y trémulo (ingenioso trabajo de fotográfo Janusz Kamiski (responsable de filmes como Kieslowski y Spielberg…); con destreza y romanticismo, Schnabel ha construido un sensible filme de tintes poéticos; una bella crónica de los recuerdos como vida misma… No diré más, disfrútenla.
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